A 2018 le pedí calma, valentía, coraje y salud. Y así lo acabo. Con la sensación del agua de mi pequeño paraíso murciano en los tobillos y las ganas siempre de volver más pronto que tarde. Con una Girona espléndida que nunca deja de abrigarme. Con Venecia dando calor a un otoño bandido y Verona dando sabor a noches de miel. Con Madrid recordándome que aún sigo viva si cierro los ojos y logro emocionarme de nuevo con la voz de Eddie Vedder y el sonido eterno de Pearl Jam.Ya no hay año que no tenga curvas y nos vamos acostumbrando a girar el cuerpo para tomarlas bien y no caer del todo. Y llegamos a meta, vaya si llegamos. Pero disfrutando del camino y de quien nos acompaña. De la música de De Pedro, de la energía renovada de mi mexicana preferida y de los Gaylads en esta canción que sabe a trenes de llegada y de salida.
Vamos a por un 2019 de chicas valientes. London is coming y queda mucho por bailar. Tanto que siento que este viaje acaba de empezar…