Llueve y a este viernes le falta un verdejo para ser viernes. Demasiado cansancio en las rubias que se quedan dormidas viendo Blancanieves por trigésima vez. El fin de curso hace mella en ellas y en nosotros. Pedimos a gritos vacaciones, un concierto de Dylan, unas cervezas al lado del mar, una escapada a Berlín que nos saque de esta rutina. La misma que estaremos deseando encontrar en septiembre. C´est la vie.
Mientras tanto, cosas bonitas. «Si Nepal tiembla aquí nos movemos«, mañana a las 18:30 en el Bar Teorema de la calle Zabaleta. Concierto de Luke Armstrong y sorteo benéfico para temblar con ellos… Sabadazo. El lunes anunciamos un pedazo Festival que complementa al Día de la Música con grandes músicos y amigos. Anotad bien, 20 de Junio. Y después a coger fuerzas y volver con cuerda para rato para un Jazzaldia diferente en lo personal y muy atractivo.
Mi rubia de 18 (mi sobrina, no asustarse) se va tres semanas de cooperante a África… Le avisé que éste sería el verano de su vida y va camino de serlo… ¡Experiencias y viajes que marcan de por vida! Con su edad estuve en el Barrio San Francisco de Bilbo un par de semanas cooperando con niños de raza gitana en un entorno más conflictivo si cabe que ahora. Conservo en mi memoria intactos sus rostros y miradas. Tratar con personas siempre es un plus. Una experiencia que deja huella y que hay que vivir aunque sea una vez en la vida. Si te permite cruzar fronteras, ni te cuento…
Bon voyage, Carla. Bon voyage…