Nos vamos a Berlín, no quiero reproches.
Me miro en el espejo y por primera vez en mucho tiempo no veo marcadas ojeras. Las siestas patrocinadas por la buenabuela han hecho tanto bien como sus guisos a juzgar por lo que marca el peso de casa. Oh my good. Dicen que la felicidad engorda. Y mi bicicleta me hace ojitos desde hace […]