BLOG04

Lo que la primavera hace con los cerezos…

Ganas de leer el último libro de Isabel Allende «Más allá del invierno«. Leer una entrevista de la escritora es darle una oportunidad más a la vida y a las palabras. Es un soplo al optimismo con 75 tacos. Es volver a creer en mayúsculas. Y adentrase entre sus páginas una revelación…

Soñar con ir a la Fundación Newton en Berlín a ver la exposición de tres reyes de la fotografía: Jean Pigozzi, Mario Testino y Helmut Newton. Caminar descalza sobre la arena y sobre la hierba y ver hacer volteretas y piruetas a las rubias con una agilidad que para mí quisiera. Los tiempos que corren nos piden a gritos versatilidad, ser flexibles, adaptarnos y salir de la zona de confort. Solo el arte nos puede salvar. Alejarnos de la rutina y permitirnos soñar.

O subir cada año al olivo que nos ve crecer..

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A veces desaparezco un poco porque yo también me necesito”. Leo esta cita y salto a escribirla. A veces no nos damos cuenta de lo importante que es desaparecer para volver con fuerza, para cargar las pilas, para vaciarnos de todo y llenarnos con calma. Y así acabaremos sintiendo lo que la primavera hace con los cerezos…

 

blog12

Siempre nos quedará Bordeaux…

Un año no es ni como empieza ni como acaba. El secreto está en inclinar la balanza hacia los buenos momentos y sólo recordar los sinsabores para aprender de ellos. Un año son días y noches, viajes y momentos. Y hay instantes que marcan un año para siempre. El 2016 es y será el año de la primera Comunión de la rubia mayor, el año de la magia de Disney y de nuestro primer viaje a París juntas, el primer diente caído y la espera al Ratoncito Pérez entre sábanas.

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abrazoEl 2016 es el año del «How now is long«, de un Berlín canalla que te enreda. De sus parques inmensos y sus cervezas. El 2016 es de nuevo el año de mi lugar favorito en el mundo, mi pequeño Bolnuevo. Y de la Ibiza de las calas, los mojitos y los mercados hippyes.

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bolnuevoibizaDe los paseos bajo los olivos del pueblo bonito, de Matadero Madrid, del Guggenheim y la terraza de Tabakalera y los atardeceres en Donostia durante el Festival de Jazz. Un año de muchos proyectos bonitos y poco tiempo para llevarlos a cabo. Eso sí, las ideas siguen fluyendo y algún día tomarán forma…

kursaal

El año del sueño de una noche de verano en Arzak. El año en el que mi rubia pequeña aprendió a escribir y a leer (por este orden) y en el que descubrí que la rubia mayor se ha hecho demasiado mayor…

arzak

Nos quedan sueños aún por cumplir este año y no esperaremos al que viene.

Bordeaux nos espera…

Berlin

Nos vamos a Berlín, no quiero reproches.

Me miro en el espejo y por primera vez en mucho tiempo no veo marcadas ojeras. Las siestas patrocinadas por la buenabuela han hecho tanto bien como sus guisos a juzgar por lo que marca el peso de casa. Oh my good. Dicen que la felicidad engorda. Y mi bicicleta me hace ojitos desde hace días.

Los pequeños placeres de la vida son los que le dan sentido. Escuchar Amy Winehouse viendo la puesta del sol desde el coche camino al pueblo bonito. Y al instante ver salir del otro lado una luna llena roja y que la rubia mayor  se emocione. Desayunar tostadas de pan de pueblo con revistas de moda fichando ropa bonita para ellas. Ver subir a la rubia pequeña a su olivo y contemplar un horizonte de bosques y buitres. Leer con gusto un buen libro. Pasear al lado del río, hacer un alto en el camino para escuchar el ruido de su caudal y  acabar tirando piedras. Y volver, volver, volver (como reza la canción) con Neil Young y el sol bajo.

Y es que volver no cuesta tanto cuando se tiene un as en la manga. Nos espera un Berlín cultureta y díscolo. Un repaso de historia pero sobre todo un baño de presente, de realidad de una ciudad que ha sabido reinventarse y que, a juicio de muchos de los que me rodean, lo ha hecho realmente bien.

Berlin
Berlin

Ansiosa de callejear por Kreuzberg y Mitte, beber buena cerveza, perderme por mercadillos interminables, conocer los locales de moda de la ciudad y sus innumerables terrazas. Inevitable tener en la cabeza estos días el estribillo de esa canción de El Columpio Asesino.

Te voy a ver bailar toda la noche. Nos vamos a Berlín, no quiero reproches.